El cine tiene un componente mágico que te subyuga para siempre, si lo sabes descubrir y apreciar. Muchas veces en el pasado lo he preferido a la realidad. Esto puede parecer extremo, pero es algo que logré controlar. La clave es ubicar el cine donde va: entre el arte y la vida. Resultando, en muchas ocasiones una sublime mezcla de ambos.
¡Llega la magia!
A fines del siglo XIX se contaba con inventos como: el tren, el barco de vapor, el automóvil, el telégrafo, la bombilla, el teléfono y la fotografía.